No puedo dormir.
No me lo repitas más. Tus palabras me están inundando la
puta cabeza de contradicciones que ya conozco porque cada cinco segundos se
regeneran por la espiral infinita de la repetición de contenidos. Ahora de tu
boca. Ahora de la mía.
Me cago en dios, la puta televisión del piso de arriba me
está volviendo loca. No tengo suficiente con aguantar mis putos pensamientos y
tus palabras cargadas de dolorosa verdad sobre mi decadente existencia que
tengo que sufrir el maldito bombardeo al que nos están sometiendo. Cada vez que
veo un anuncio me dan ganas de vomitar o de reírme. ¿En serio os dan ganas de
comprar con esa absurda mierda de mensajes directos y subliminales que se nos
clavan a todos en el subconsciente?
-Ven, joder. Eres lo único que me hace escaparme de esta
espiral de destrucción en la que han convertido nuestras vidas. A pesar de que
no te callas nunca…
Cierro los ojos, te agarro la cresta y calculo las
distancias con una exactitud perfecta para enchufarme el cigarro mientras te
coloco la cabeza entre mis piernas abiertas. Ahora han finalizado los
reproches, tienes la lengua metida dentro de mi coño, rozando eso que te pone
tan cachondo… mi clítoris… deslizo mis manos por todo tu precioso e imperfecto
cuerpo (somos preciosos, es la sociedad la que es una puta mierda) sintiendo el
tacto de tu fría piel que me pone tan cachonda. Empiezo a restregarme entera
contra tu cuerpo, con cuidado de que tu lengua jamás se separe de mis labios…
los de abajo, claro…
-Va, también te mereces un poco de placer. Vamos a hacerlo a
la vez.
Te bajo las mallas y se queda al descubierto tu polla enorme
y dura. Me tomo unos segundos para mirarte a los ojos; tras eso, me concentro
en deslizar suavemente mi lengua por la punta de tu polla… hasta que voy
introduciéndomela en la boca hasta tragármela entera. Creo que un día de
chupártela tanto te la voy a partir… pero jamás me canso… me encanta
atragantarme con ella…
Así gozamos y
sufrimos nuestras miserables vidas. Intentando no vislumbrar ni un destello de
realidad. Pero cuando no estamos follando, continúan tus palabras y mis
pensamientos. Es como una obra de teatro y cada escena es un remordimiento
nuevo, interrumpido por la salida de los personajes y los absurdos aplausos que
a nadie le importan.
- Ya sé que tengo que
hacer algo. Cada vez soy más consciente y menos al mismo tiempo.
Me encantan sus ojos azules inexpresivos. Me tiraría la puta
vida así, dando vueltas en la cama entre polvo y polvo, entre lengüetazos y
arañazos. Entre tu semen reseco…
Sigo dando saltos encima de ti, con tu polla metida dentro
de mi cuerpo, sintiendo cómo entra y sale mientras te araño todo el cuerpo. Me
encanta el dolor; aunque follando no debería denominarse así, ya que cuando
entras en un nivel concreto de placer, todo dolor se transforma en más placer,
generando otra espiral infinita, pero ésta realmente me vuelve loca…
Me agarro las tetas y sigo saltando, cada vez más fuerte,
sintiendo la carga en mis músculos, sintiendo como la oleada de placer que se
extiende desde mi centro de gravedad, mi clítoris, hasta los extremos de mi
cuerpo es inminente… mmmmm grito como una perra y te agarro la cabeza con todas
mis putas fuerzas hasta que me quedo sin fuerzas para gemir más.
De repente la puta casera entra en la habitación. Malditos
caseros bastardos, se limitan a pasar una vez al mes por un asqueroso piso con
el que lleva especulando una eternidad para cobrar. Y se piran. Pero esta vez,
no se piró.
Lleva semanas llamándome al móvil. No contesto, lógicamente.
Al final la muy hija de puta ha entrado en la casa y, acto seguido, en mi
habitación, guiada por mis gemidos. No escuché sus golpes en la puerta porque
estaba demasiado ocupada restregándome contigo.
Fue una sensación muy rara. De repente lo vi todo. Tú estás
muerto. Te maté yo ahogándote mientras te follaba. Y ahora podía hacer todo lo
que me diera la gana con tu precioso y pestilente cuerpo que la gata se está
comiendo día tras día y con el que yo me satisfago sexualmente.
No eran tus palabras. No existía espiral infinita de
repetición de contenidos formada por tus palabras y mis pensamientos. Era yo.
Era mi puta cabeza diciéndome que tenía que deshacerme de tu cadáver antes de
que ocurriera esto.
Ahora la gata vive con mi madre mientras yo me pudro en este
psiquiátrico. Le prendí fuego a nuestra casa y a tu cuerpo. Pero, mi amor, no sufras porque voy a matarme ahora mismo y estaremos juntos. Te
estrangulé y ahora esta soga hará lo mismo conmigo.
Nos vemos en el infierno.